LA MAGIA EN AQUINO Y EL TEMPLO DE SET




La principal complicación a la hora de conocer las influencias de Aquino a nivel social y mágico es la escasez de información al respecto. La buena noticia es, por el contrario, que sus influencias literarias resaltan de manera más clara, dejando ver un fuerte influjo de LaVey y un gran interés en el pensamiento de Crowley, adoptando su terminología, filosofía y gusto egiptizante. De esta forma, ambos autores estarían integrados en la superestructura de la magia setiana. En la obra The Book of Coming Forth by Night131, donde Aquino recogió la supuesta revelación de Set en 1975, se observa una compleja relación intertextual con Crowley, principalmente con El Libro de la Ley. En este escrito Aquino se asienta a sí mismo como un heredero de Crowley y de LaVey en la misma medida132.
Aquino consideraba que El Libro de la Ley contenía las claves de lo que llamó “el Eón de Set”133, al igual que la obra de Crowley contenía lo que el thelemita denominó “el Eón de Horus Lo que Aquino entiende por “eón” se acerca a un estado mental que uno adopta por condicionamiento de un factor externo o por elección. Al igual que el thelema, el ToS cuenta con su propia cosmogonía, también inspirada en el antiguo Egipto. En ella, Horus no es el hijo de Osiris, sino el gemelo de Set. Mientras que en esta dualidad Set representaría la primera forma de “inteligencia aislada”, Aquino presenta a Her-ur o Har wer (Horus Mayor) como una “presencia extraña e inestable”, parte del universo objetivo, que retiene la autoconsciencia de Set.
Para entender la noción que Aquino tiene de la magia es necesario establecer una división entre lo que denomina universo objetivo y universo subjetivo. El universo objetivo es la naturaleza, mientras que el universo subjetivo abarca las perspectivas personales que cada ser sintiente tiene del universo objetivo, además de cualquier fenómeno que desee añadirle. Además, utilizando las palabras de Dyrendal, el mundo subjetivo tendría vínculos o conexiones con el universo objetivo.
Aquino entendería que la magia como la capacidad de influir en estos “vínculos mágicos provocando, así, cambios conforme a la voluntad.

Al contrario que LaVey, Aquino distingue entre magia blanca y magia negra. La magia blanca es concebida como un autoengaño. Concretamente la define como “los esfuerzos para engañar al subconsciente de forma que crea que ha sido aceptado en el universo objetivo. De esta forma, la verdadera magia sería la magia negra, ya que es guiada por la propia voluntad y la que busca romper la inercia del universo. Así pues, Aquino reconocería dos tipos de magia: la magia negra menor y la magia negra mayor. La magia negra menor sería, entonces, “la influencia sobre seres, procesos u objetos mediante la aplicación de leyes oscuras físicas y conductuales”. Como puede verse, los fundamentos de esta forma de la magia negra menor son prácticamente idénticos a los establecidos por LaVey para la magia menor. Por otro lado, los principios de la magia negra mayor se acercarían más a las nociones de Crowley
La Magia Negra Mayor es el provocar cambios en el universo subjetivo de acuerdo a la propia voluntad. Este cambio en el universo subjetivo puede causar un cambio similar y proporcionado en el universo objetivo.
Ahora que la teología y la base de la magia negra setiana han quedado explicados, podemos pasar a dilucidar uno de los aspectos más particulares del ToS: el concepto de Xeper. Como es bien sabido, hpr es un verbo egipcio representado en escritura jeroglífica con forma de escarabajo alzando un sol y cuyo significado es ‘llegar a ser’, ‘convertirse’. El ToS adaptaría este término a su propia cosmovisión. Según su propia página web, “Xeper es la experiencia de una psique individual tomando consciencia de su propia existencia y decidiendo expandirla y hacer evolucionar a través de sus propias acciones”. Sólo sería posible alcanzar el Xeper si uno busca incansablemente la Libertad y el Conocimiento Así pues, el setiano debe hacer igual que Set al librarse de la influencia
retenedora de Horus.

Iblis Sahitan

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